domingo, 2 de marzo de 2014

Simetría


En medio del desierto surgió el agua. De la nada misma el agua apareció y lleno todos los rincones de una estructura que estaba a punto de caerse. Y se cayó.
El agua destrozó todas las precarias columnas que sostenían la primera platea que pensé que estaba bien construida. De un hormigón pobre estaban construidas, sin acero que las refuerce, se desplomaron como un castillo de naipes. Puse mi cuerpo contra las paredes y de nada sirvió, todo, absolutamente todo se quedó reducido a un par de escombros. El hotel quedó destrozado.
Aquel sueño de albergar a toda persona que pensaba que era importante no eran mas que pequeños trozos de piedras. Muchos de los habitantes murieron, pero su cuerpos fueron llevados por la corriente, otros huyeron cuando advertían el diluvio. Unos pocos habitantes intentaron levantar los escombros y acomodarlos, pero fue imposible.
El agua bajó y llego la noche.
Los pocos que quedaron junto a mi, durmieron en la única platea que quedó entera. Todos intentamos soñar con que lo que había sucedido solo era una alucinación. Mi sueño fue intermitente, cortado por fuertes espasmos producto de la humedad y el frío.
Llegó el día y el sol quemaba el hormigón que estaba contra mi rostro. Me levanté con la poca fuerza que quedaba, y para mi sorpresa no había nadie mas. Todos habían sido espantados por el calor. Sin embargo, con unos ladrillo, todos escribieron "Vuelve a construir todo devuelta, la simetría es la respuesta"

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Posesión



Calor.
No hay tiempo que esperar.
Es ahora o nunca.
La cuchara mezcla de a poco la cal y la arena. Mi cuerpo semidesnudo es quien le da agua de piel.
Se seca mi nariz, las papilas se erizan y los callos emergen en recónditos lugares de mis pies.
Es ahora o nunca.
Y se derriten los bloques de años atrás. "Ya volveremos" me gritan.
Es ahora o nunca.
O lloro y corto la mezcla, o acciono.
Es ahora o nunca.
La consistencia es la adecuada. La mezcla a mi cuerpo, y mi cuerpo a los bloques. Y fuimos un muro portante. Y ese muro somos yo, y soy esos bloques.
Es ahora.
Poseso del hormigón  hoy se estremecen mis ojos, secos. Desde ese momento creo, que el hotel esta hecho de mi piel, y mi cuerpo de concreto. Mis manos, de arena.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Arena


Un nuevo día.
Nuevas tareas:
  • contar el material faltante.
  • ver cuantas herramientas me robaron.
  • comprar una cámara de fotos
  • comprar una bitácora con capítulos comenzados y a completar con el hotel 
Escoba en mano, comencé a barrer un poco para quitar los escombros de las paredes que antes, majestuosas e imponentes, recibían a los posibles inquilinos, que se paraban en seco al verlas, pero al no ver seguridad ni decisión daban media vuelta y seguían con sus viajes. Paredes que llegaron a tener zócalos  pero no techo que las cubra. El clima adverso las humedeció.
Un hoyo en medio del hall de entrada, necesita hormigón, piedras, fierros y esta vez sueños en lugar de miedos. Será una barrera que jamas podrán pasar las sombras.
Herramientas, faltan muchas, que en estados complejos de mi personalidad las he regalado, perdido o tirado vaya a saber uno donde.
Bueno, preciso una parada para el colectivo. Tomo uno de las húmedas varas que iban a ser las cabreadas de mi techo y la entierro al borde de la calle, en un ángulo recto con el suelo. La sangre de mis dientes lo van a pintar. Listo, ahora queda esperar.

-o-

Humeante, a lo lejos, un camión de arena se acerca. Un Ford muy percudido, pero con un moto que aun aguanta un par de construcciones más. No puedo diferenciar la oscuridad del humo, de la gris arena. Arena de playas donde nadie se baña. Arena familiar. 
Se oyen desde hace cuatro cuadras como rechinan los frenos.
Sin escaleras subo, y la arena se pone pastosa. Asomando la cabeza por los bordes del viejo camión trato de ver cuanto falta.
La arena comienza a escurrirse entre las hendijas de la compuerta de la caja del camión, haciendo que los pequeños granos se vuelvan acomodar azarosamente. De entre la arena o de la arena misma, una melena asoma. Una femenina cabellera, que el viento se lleva de a porciones junto a las piedrecillas de la tierra, pero que renacen con diversos movimientos, ondas como las de mi terreno. Curvas que jamas podrían replantearse.
Dentro de esas ondas dos órbitas ocultas recorren la caja del camión, y la arena sigue en un, pareciera, perpetuo movimiento hasta que se clavaron en mi obrero rostro. Otra nueva y solitaria onda se dibujó, una media onda. Sus puntas un tanto lejanas, forman un valle entre medio.  La bomba de desagote que llevaba para cambiar comenzó enérgicamente a funcionar, y entre órbitas y ondas, un rostro se terminó de dibujar. 
¿Era tal vez otra propietaria?¿Una dueña de un hotel? Y si lo fuera ¿El de ella también esta inacabado?
Y en ese momento entendí el porqué de la cámara fotográfica y la bitácora: debería haber capturado ese rostro, hoy casi lo olvido. Y la bitácora ya comenzada era para regalarle finales, tuve ante mis ojos un gran final.
Uno nunca sabe cuando se puede hablar de negocio inmobiliarios y mas aún, cuando se puede uno hacer de una socia.

PD: Escuchar con auriculares


El Dueño del Hotel

domingo, 30 de septiembre de 2012

La madriguera de las ratas



He oído hablar de que existe una nueva especie de ratas. Ratas del hormigón  Lo devoran al hormigón hasta que la casa se venga abajo. Y luego se lo devoran a uno.

Bueno, esta mañana, cuando hacía el conteo de los materiales que necesitaba reponer para reanudar la obra, me encuentro con un hoyo en el medio de la platea del hall de entrada de mi hotel. Una platea de cuarenta y cinco centímetros, por mi miedo a los terremotos. Cuarenta y cinco centímetros de cemento, agua, piedras, acero y muchos miedos. Ellas habían cavado y comido toda mi defensa y se escondieron en alguna parte de mi nueva, pero no acabada, estructura. Lo peor de todo es que jamas las vi.
Se escondieron y mutaron, son informes, se pueden haber convertido en columnas, que anteriormente comieron, o en materiales faltantes, o en herramientas de trabajo incluso.
Solo vi ese agujero, y me fue suficiente para saber que ellas estaban aquí.
A pesar de ser nueva la construcción, me he rodeado de muchos objetos, con distintos utilidades; herramientas para seguir erigiendo el edificio, muebles de segunda mano donde duermo por ejemplo un sofá antiguo; una radio, revistas y crucigramas donde pasar el ocio.

Todos parecen reales, solo que no logro darme cuenta cuales de mis objetos son las ratas que vulneraron mi proyecto.


PD: ¡Buenas tardes! (Escuchar con auriculares)


El Dueño del Hotel

lunes, 17 de septiembre de 2012

Un trozo de yeso y la pared negada


Pues bien, no puedo seguir los planos. Yo mismo me cambio los planes, yo mismo me boicoteo.
Las placas de yeso que te iban a dividir, estructura mía, hoy son toscas tizas. Reventadas por el vandalismo, por falta de obrador con sereno. Humedecidas por la lluvia, blandas poco escriben en los muros.
Como lapiz para la hoja, pretendo, tontamente, volver a dibujar los planos. Replantearlos, cambiarlos, repetirlos o recordar donde iban las paredes.
Solo yo, y las paredes que dan a la calle. Imponentes, rugosas, de revoque grueso nada mas.
Horrendas... ¿porque me comen las manos? ¿porque no me dejan escribirte? ¿porque me cuesta sentir?
Lineas rectas... -imposible- dice la pared.
Un círculo perfecto... -no existe la perfección, hasta yo, una pared tan fornida, tengo mis dolores, mis vidas pasadas- me replica.
-¿Y que es perfecto entonces?- le pregunto
-Ya te he dicho que nada... tu voluntad no es la excepción-
-¿Que se puede dibujar entonces?- furioso interrogo
-Tus sueños... ese sueño- me dice y me deja atónito
La manos de piel seca, comienzan a ser comidas por la cal, en las que estaban envueltas las tizas. Quisiera llorar, pero mis ojos también tienen cal.
-¿Como carajo vos sabes que sueño?- increpo al muro
-Soló sé que es lo que has soñado anoche... no podíamos dormir en la estructura-
-¿Como que no "podíamos"?... ¿quienes?-
-Los materiales, los muros levantados, las columnas, los escombros, las herramientas... gritabas, como si agonizaras... subiste, poseído, y dibujaste la sonrisa de una mujer en techo-
Mis ojos clavados en la nada, incrédulos, pero con miedo... miedo a la existencia.
Mi cabeza casi frenada, comienza a subir la mirada... ahí estaba ella... dibujada casi perfecta en el cielorraso, con la palabra "futuro" entre sus labios.

El Dueño del Hotel

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Correspondencia acumulada


Pilas y pilas de cartas que repiten "URGENTE/CAMBIO DE PLANES".
Todas atoradas bajo la puerta de entrada, que hinchada por la humedad y falta de barniz, no me deja pasar.
Abro una carta y desaparecen las restantes. Todas decian lo mismo:

"Utilice las instalaciones tales como está... No siga las antiguas recetas, el hormigón, el yeso y la pintura no son lo que solían ser. Invente nuevas fórmulas.
  1. Solo se permitirán refacciones que contengan el 50% de la anterior estructura. Ni mas... ni menos.
  2. Si quedaron inundadas algunas habitaciones, no las toque.
  3. Haga un nuevo juego de llaves
  4. No regale copias de las llaves
  5. Cambie los picaportes dorados por plateados... en caso de ser plateados, no los cambie.
  6. Pinte vidrios de color blanco en cruces, desde el mas pequeño hasta el mas grande, hasta el día de la inauguración.
  7. Póngase algo presentable... puede que esté en medio de una obra, pero no quita que usted sea un caballero... tampoco quita que su amada pase a ver en plena refacción.
  8. No tome el mate frió... no vicie la yerba... no le ponga azúcar.
  9. Tenga los papeles en regla. No pruebe la coima... últimamente están muy exigente los agentes municipales.
  10. Los pasillos tienen que ser jardines, y los jardines habitaciones, y las habitaciones depósitos, y los depósitos pasillos. (se recomienda no seguir al pie de la letra esta instrucción).
Sin mas nada que decirle, me despido, un fuerte abrazo y una pronta inauguración.

USTED MISMO"

Leerme a mi... mi pasado que ha pensado en su propio futuro, osea en mi mismo futuro, me dio miedo. Pues no hay peor, ni mas exigente capataz de obra que unos mismo.

lunes, 10 de septiembre de 2012

INMÓVIL... In - mo - vil


Repetía una y otra vez mi cabeza mientras sentado enfrente a una mohosa estructura volvía a despertar. Otra vez la misma sensación: IN-MO-VIL.
Apenas pude respirar. Tantas palabras quedan en la garganta, no se acumulaban desde ya hace tiempo.
Vuelvo a respirar.
Sentado veo como el moho de las columnas se seca y se desprende del hormigón. La bomba de agua que se instaló en 
el sótano vuelve a hacer ruido, pero no hay canillas aún.
Perdí los planos. No tengo lápiz, ni regla, ni papel... recuerdo muy poco sobre la estructura. Ya había tenido en cuenta, que la improvisación y la albañilería no se llevan bien, pero este este es un caso que si se deja fraguar, quizás se quiebre.

:ElDueñoDelHotel: