martes, 31 de agosto de 2010

Primera Lluvia en el Hotel

Enjambre de agua se martiriza en las paredes de este frío pasillo.
El humo se mimetiza con el vapor de los primeros charcos.
Con la mano corro las lágrimas de nubes que mojaron los cuadros y sus marcos.
A pesar del consistente techo, ella entra por los rincones y me invitan un nuevo cigarrillo.
-o-
Me aprieta la cara, me empuja, y de nuevo soy empleado del lugar en que soy dueño.
A falta de secador mis manos son las mejores herramientas.
En ocasiones de rodillas duchándome vestido recordé cuando pedías "no me mientas".
Como involucionado mi pelo es esponja de este pasillo y quiebran si "esto no es solo un sueño".
-o-
Ya sin zapatos, mis pies y el agua se coquetean intencionalmente.
Acostado, sabiendo que el agua me mima de a ratos.
Me susurra lo difícil de lo simple y todos sus aparatos.
Así como lo fácil de despertar con agua que me rasguña profundamente.
-o-
Juega con mi lengua, ni dulce ni salada, ella no se decide.
En cortocircuitos las luces tratan de echarla.
"De ella venimos y por eso, con tu alma, has de amarla"
No quiere irse, se escusa, en todos lados reside.
-o-
Parece que este pasillo nunca empieza como nunca termina.
Llegue en sueño y en sueños todos se van.
El agua invasora los recibe "nadie se va si es que juntos llegan"
El agua me saco el pecado, y hoy casi me asesina.

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